Se cerro el mundo en sus ojos
y un revuelo de silencios
abrieron brecha y herida
en los cristales del tiempo.
Latía el mundo en sus ojos
y una batalla en su aliento,
pájaros de muerte y vida
que escapaban en el viento.
Dolía el mundo en sus ojos
y en la garganta un lamento,
que le robaba su dicha,
era una estrella sin cielo.
Y el sol llegó con el alba
abrió alas de gaviota
en los cristales del tiempo,
borró batalla y derrota.
Se hizo lucero en su alma
tocó su herida y su sombra,
como violín del cielo
rasgó el acorde y la nota.
Y crecieron en su entraña
sinfonías de altas cotas,
revuelo de sentimientos
en nido de fieles hojas.
Fueron otoño y camino
vestidos de verde y lila
en una tarde callada,
que les devolvió su dicha.
Y al mundo dieron sentido
a la muerte y a la vida,
que volaban en bandada
acercándose a la cita...
...Del camino que es destino,
es el mundo y es la herida,
que late y duele en la entraña
y el sol abraza y alivia.
Imágenes del blog:
Madrid 28-agosto-2013
M.Jesús Muñoz